Un consumo diario de 50
gramos de carnes rojas procesadas, puede aumentar en un 8% el riesgo de
desarrollar una insuficiencia cardíaca
Los salamis, jamones, salchichas y demás carnes rojas
procesadas, pueden ser muy ricas, pero hay que comerlas con mucha
moderación: su consumo podría representar un aumento en su riesgo de
padecer insuficiencia cardíaca y de morir por esa condición.
Esa es la conclusión de un estudio sueco que siguió, a lo largo de 12
años, a más de 37 mil hombres entre los 45 y 79 años de edad.
Los científicos del Instituto Karolinska, liderados por Alicja Wolk,
querían conocer cuál era el impacto en la salud de los hombres, del alto
contenido de sal, nitratos, fosfatos y otros aditivos que contienen los
embutidos.
Si bien ya es conocido que el abuso de carnes rojas -aun las no
procesadas- no es bueno para la salud cardiovascular, los expertos
sospechaban que el consumo de carnes procesadas era incluso más riesgoso
para el corazón.
Los resultados de la investigación indican que sus sospechas eran
correctas. A lo largo del estudio, de los 37 mil hombres, 2 mil 891
desarrollaron insuficiencia cardíaca y 266 murieron por esa causa.
Según el análisis, cuyas conclusiones se publican en la revista Circulation: Heart Failure,
los hombres que comían más carnes rojas procesadas (75 gramos o más al
día) tenían un 28% más de riesgo de presentar insuficiencia cardíaca que
aquellos que comían 25 gramos o menos al día de estos alimentos.
Los científicos también encontraron que aquellos hombres que estaban en
el grupo que más comía embutidos, tenían el doble del riesgo de morir
por insuficiencia cardíaca que aquellos otros voluntarios que estaban en
el grupo de menos consumo de estas carnes procesadas.
El estudio entonces concluyó que un consumo diario de 50 gramos de
carnes rojas procesadas, puede aumentar en un 8% el riesgo de
desarrollar una insuficiencia cardíaca.
Curiosamente, en el caso del consumo de carnes rojas no procesadas, el
análisis no halló un aumento de riesgo de insuficiencia cardíaca.
El resultado del estudio es claro: todo hay que hacerlo con moderación,
incluso el consumo de embutidos. No está mal disfrutar de esas comidas
de vez en cuando, pero, por la salud de su corazón, es mejor que no sean
parte de su dieta diaria.
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